Desde la aparición e implantación de la custodia compartida, muchas de las investigaciones familiares requeridas a detectives tienen que ver con esta causa.

En la actualidad podemos ver una tendencia al alza en este tipo de custodia, y aunque en los tribunales se busca el bienestar del menor, esto no siempre se consigue, generalmente porque a los jueces les faltan pruebas para poder establecer unas sentencias más ajustadas a la realidad de los hechos y evitar lo que la gente es capaz de contar e incluso inventar para conseguir sus propósitos.

Por eso, cada vez es más común este tipo de contratación a los detectives privados, pues son muchas las personas que quieren saber cómo se encuentran sus hijos cuando están con el otro progenitor.

Un caso concreto de este tipo de servicios viene cuando nuestro cliente, por su relación anterior con su ex cónyuge, sabe que tiene algún tipo de vicio, como puede ser el consumo de alcohol o drogas en grandes cantidades, y desea conocer de primera mano si esto se produce mientras sus hijos están con esa persona; si los menores lo acompañan al bar, si los deja desatendidos en el coche mientras está bebiendo o si los deja al cuidado de terceras personas (y quienes son estas). Estos casos son bastante comunes y pueden marcar la resolución de la sentencia gracias a las pruebas pertinentes.

El contratar a un detective privado y que realice un informe con las pruebas recabadas, puede ayudar a la realización de una modificación de medidas cautelares y quitar la custodia compartida o limitar el régimen de visitas e incluso, en los casos más extremos, obtener la retirada de la custodia.

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