Los padres de niños pequeños hoy en día se suelen encontrar con un gran reto por el que todos tienen que pasar: el proceso de admisión en un colegio. Este es un tema novedoso y algo desconocido, pero hay un hecho que ha nacido para saltarse la norma de este proceso y lograr plaza en un determinado colegio: falsear documentación.

Generalmente, suelen ser los padres de alumnos afectados por la “picaresca” de otros padres quienes demandan nuestros servicios de investigación, aunque se han dado casos en los que las propias Consejerías de Educación son quienes solicitan este servicio.

El proceso suele comenzar en el momento de matriculación del niño. Existen una serie de baremos (trabajo, familia, proximidad con el hogar…) con los que se asignan puntos al niño y, a más puntos, más posibilidades de entrar en un determinado colegio.

En ocasiones, los padres desean un centro en concreto que no coincide con el asignado, por lo que muchos padres hacen trampas con el fin de obtener el mayor número de puntos posibles en su solicitud.

La más utilizada es empadronar al niño con un familiar que resida más próximo al centro y ganar así puntos por proximidad. A veces se empadronan con los tíos, los abuelos o amigos de la familia, cosa que suele llamar la atención de otros padres del centro, ya que ven cómo estos niños se dirigen a otras zonas más alejadas a la salida de la jornada escolar, o cuando el propio autobús escolar no deja al niño en la dirección que figura en el empadronamiento, sino en otra zona más alejada.

Otro truco utilizado es alquilar un piso junto al centro escolar durante unos meses y empadronarse en él o hacerlo constar como lugar habitual de domicilio.

Frecuentemente nos solemos encontrar también con otro caso que da puntos en el proceso de admisión y es que los progenitores estén divorciados, ya que de esta manera se trataría de una familia monoparental. Por este motivo algunos fingen dicha situación, para lo que presentan al centro el documento de demanda de divorcio que en realidad y con posterioridad será retirado.

Falsificar el IRPF es otra de las estrategias llevadas a cabo por estos “padres con ingenio”. Así declaran menos ingresos de los reales o bien, si realizan la declaración por separado, presentan sólo la del progenitor que tiene una renta más baja y de este modo poder optar por una beca de estudios o una ayuda de comedor.

Algunos padres incluso pueden llegar a fingir minusvalías, problemas psíquicos o intolerancia alimentaria, aportando algún tipo de falso certificado que lo acredite, obtenido generalmente a través del mercado negro.

La labor del detective privado en estos casos es realizar una investigación para conocer si los datos aportados por los padres para la matriculación del niño son datos reales o se ha cometido alguna de las irregularidades mencionadas con el fin de obtener el centro escolar deseado. Tras elaborar el informe pertinente, es presentado a la persona o entidad que contrató nuestros servicios para tomar las medidas pertinentes.

Cabe destacar que en la mayoría de los casos mencionados anteriormente los padres se arriesgan a elevadas multas e incluso en los casos más extremos pueden ingresar en prisión. En cuanto al menor, el centro puede tomar medidas al respecto y expulsarlo del colegio desde 1 mes hasta los 2 años.

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